Va el segundo piso de la Transformación

Llámese elección de estado o descontento con los partidos políticos que no cambian, las elecciones del pasado 2 de junio pasado fueron las esperadas por el gran orquestador y líder político de la Cuarta Transformación, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En los resultados finales Claudia Sheinbaum alcanzó casi 36 millones de votos, casi seis millones de votos más que Andrés Manuel y de no cambiar la asignación de las diputaciones plurinominales, Morena puede tener una mayoría calificada con sus aliados Partido del Trabajo y Verde Ecologista en la Cámara de Diputados, y una mayoría simple en la Cámara de Senadores.}

Los que se dicen sorprendidos son los partidos de oposición, PRI, PAN y PRD, en principio argumentan fraude electoral y luego amenazan con impugnaciones, quizás hasta echar abajo las elecciones, pero los argumentos y las pruebas son mínimas y fácilmente serán desechadas por el Tribunal Electoral de la Federación.

Dónde estuvo la derrota entonces. Está se dio desde hace años,  desde que sus dirigentes nacionales se empeñaron en continuar al frente sólo para asegurar continuar en la política y seguir viviendo del erario y del fuero durante los próximos años. Alejandro “Alito” Moreno, es tal vez el peor dirigente político que ha tenido el PRI, pues durante estos cinco años de dirigencia ha perdido más del 80 por ciento de su militancia y se fueron de las manos de 11 gubernaturas a sólo 2. Mientras que Marko Cortés, dirigente panista también sufrió derrotas y pérdida de presencia en el mapa electoral al disminuir casi un 18 por ciento el número de diputados en el Congreso en relación a las elecciones intermedias del 2021, en tanto que con los Senadores al disminuir fue de sólo 4 por ciento. No obstante tuvieron disminución de presencia en Querétaro y Chihuahua, únicamente salvaron Aguascalientes.

El tsunami obradorista continúa presente en todo el país, a pesar del pésimo manejo de la pandemia donde especialistas aseguran que al menos 300 mil mexicanos –de los 800 mil fallecidos- no hubieran muerto de haber atendido a tiempo; de los ahorros en medicamentos que provocaron la muerte de cientos de pacientes con cáncer, entre otras muchas afectaciones que se complicaron por falta de medicinas; del pésimo manejo de políticas agropecuarias; del retroceso en materia educativa; entre otros muchos problemas y apretones presupuestarios a los que se vieron obligados para poder cumplir con los caprichos de cancelar el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Angeles, el ecocidio y Tren Maya; la refinería dos Bocas y el tren interoceánico.

Sin duda, lo que más afecto a la oposición es que durante cinco años, ésta no existió. No hubo liderazgos que cuestionaran las políticas del gobierno en turno, que cuestionara, señalara y condenara los actos de corrupción de esta administración donde el mayor escándalo ha estado en Segalmex y los casi 15 mil millones de pesos observados por la Secretaría de la Función Pública, pero donde no hay culpables. Eso a pesar de que hay 69 denuncias presentadas ante la FGR por actos de corrupción y desvío de 15 mil mdp que involucran a 87 personas: 41 exservidores públicos y 46 vinculados a empresas.

Mientras que los dirigentes partidistas y los líderes políticos prefieran seguir nadando de muertito y aparecer sólo en tiempos electorales, más y más debacles electorales como los observados en estas elecciones de junio continuarán, y los peor, el partido en el gobierno continuará posesionándose y haciendo lo que le venga en gana, pues al final no tiene contrapesos. Bueno, sí, el único contrapeso que ha encontrado Morena es el dólar, pues el lunes 3 de junio cuando se conoció no la ganadora sino cómo estaría conformado el Congreso de la Unión, tuvo una caída, tuvo que intervenir la presidenta electa Claudia Sheibaum y anunciar que Rogelio Ramírez de la O, continuaría al frente de la SHCP para calmar los mercados.

Pero otra vez los radicales morenistas agitaron las aguas este jueves cuando Ignacio Mier anunció que en septiembre se votarían las 18 reformas planteadas por AMLO a principios de año, en la que la reforma al Poder Judicial sería prioridad, para que otra vez el peso perdiera fuerza. Nuevamente la candidata electa tuvo que intervenir y asegurar al FMI y a los capitalistas internacionales que nada de eso pasaría y que no habría reforma sin el debido consenso, socialización, discusión y aprobación legislativa.